CHIMALHUACÁN, Estado de México (07 de noviembre de 2023) – La Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, uno de los monumentos más emblemáticos y antiguos de Chimalhuacán, ha recobrado su esplendor gracias a las obras de restauración de la cubierta de su nave central y laterales. Esta significativa mejora fue posible gracias al esfuerzo conjunto de un grupo de lugareños, quienes se vieron apoyados por un generoso donativo de la asociación civil Fomento Social Citibanamex.
El equipo, conformado por Marcelino, Sonia, Vicente, Roberto y Hugo, ha invertido no solo su tiempo y esfuerzo sino también su carga emocional en el proyecto. Cada uno de ellos mantiene un vínculo especial con el templo, siendo testigos de eventos trascendentales de su vida en este recinto sagrado. Hugo, por ejemplo, celebró su bautizo entre estas venerables paredes que ahora han restaurado con sus propias manos.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro INAH Estado de México, supervisó las obras, realizadas entre junio y octubre de 2023. Los trabajos se centraron en reparar daños ocasionados por el terremoto del 19 de septiembre de 2017 y por anteriores intervenciones que resultaron contraproducentes.
Benjamín Jiménez Peralta, arquitecto y contratista de la restauración, explicó que una impermeabilización realizada entre 2019 y 2020, si bien con buenas intenciones, dañó la estructura debido a la incompatibilidad del material moderno con los muros de piedra históricos. Para corregir estos errores, se retiraron los añadidos perjudiciales de la cubierta, abarcando 410 metros cuadrados, y se instaló un nuevo enladrillado y un impermeabilizado a base de alumbre, respetando la construcción original del edificio.
Los ladrillos históricos recuperados de la techumbre sirvieron como molde para producir los cerca de cinco mil necesarios para la restauración. Fabricados en un taller en Cholula, Puebla, estos ladrillos permiten la transpiración, evitando la humedad sin bloquear la circulación del aire. Además, se incorporaron “iglús” para captar y distribuir el viento, previniendo la formación de hongos en el interior.
Curiosamente, el inicio y conclusión de las obras coincidieron casi exactamente con las dos festividades más importantes de la localidad: la fiesta de Santo Domingo de Guzmán y la de la Virgen del Rosario.
Durante la restauración, se protegió a los más de dos mil quinientos feligreses que habitualmente acuden a la parroquia los domingos, instalando mallas para prevenir cualquier accidente por desprendimiento de material.
A pesar de que aún quedan detalles pendientes en el mantenimiento del edificio, los feligreses y el clero local, representado por el párroco Bernardo Rivera Guzmán, manifiestan su profundo agradecimiento a todos los que han contribuido a preservar este tesoro del patrimonio cultural mexicano. Este proyecto no solo ha renovado un espacio de culto sino que ha reforzado el sentido de comunidad y la identidad cultural de Chimalhuacán.
