En una casa de la colonia El Santuario en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México se encontraban dos hermanos. Uno de 15 años y el otro de 12 años.

Los niños estaban en su hora de juego y cada uno se entretenía con lo que le gustaba. De pronto, el adolescente de 15 años notó que su hermanito traía en sus manos un arma. Al ver esto fue hacía él para quitársela, el niño de 12 años le dijo que lo dejara en paz, pues él la había agarrado primero, pero el joven de 15 quería arrebatársela sin importarle nada.

Los menores estaban en el forcejeo cuando de pronto el arma se detonó impactando en el cuerpo del niño de 12 años. Los familiares que estaban en el domicilio de inmediato trasladador a él lesionado a un hospital. Tras el disparo la policía llegó al domicilio llevándose al niño de 15 años a la Agencia 57 del Ministerio Público en donde se determinará qué es lo que procede.

Ante la noticia hay tres cosas muy importantes que señalar una es, ¿qué hacía un arma tan expuesta en la casa? Dos, ¿de quién es el arma y para que la ocupaba? Tres, ¿por qué en vez de investigar de quién es la pistola, se llevan al menor? A caso no es obvio que el dueño del arma es a quien deberían detener por tenerla en su poder y además dejarla expuesta a los menores.

Via:Libertadbajopalabra


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