Fiel a su viejo estilo de hacer política, Manuel Espino Barrientos, hasta hoy secretario de Gobierno de Naucalpan, se impuso el pasado viernes, ante las decisiones que pretendía tomar la corriente de ediles liderada por el primer síndico Maximiliano Alexander Rábago, con las cuales buscaban echar abajo la posibilidad de que Mauricio Aguirre Lozano fuera nombrado su sucesor, pues lo consideraban un enroque de funcionarios que, hasta ese día, la oposición vitoreaba que no iba a permitir.
Sin embargo, al llegar el momento de la votación, los opositores del nombramiento solo lograron cuatro votos en contra, tres de ellos de Morena y uno del PRI, lo que consideraron como una traición de sus homólogos del PAN y del PRD, con quienes, hasta el viernes, habían ido en bloque, lo que fue leído como la gran ruptura de ese grupo que había conseguido echar atrás varias decisiones de la administración de Patricia Durán Reveles, respaldadas por Manuel Espino.
Tras concluir la maratónica sesión de más de nueve horas y media, dicen que el ex panista esbozó una enorme carcajada, pues, a pesar de su salida para integrarse al gobierno federal al que fue invitado, dejó bien acomodados a los suyos y dejó rencillas, resentimientos y divisiones entre sus viejos opositores.
Via: Hoy Estado.
