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A pesar de que la obra sería un proyecto modelo, la realidad es que nunca logró regular el transporte público y terminó por empeorar el tráfico de la zona.

Anunciado con bombo y platillo, en 2016 inició operaciones lo que sería la solución del problema del transporte público en la zona limítrofe entre el municipio de Naucalpan y la ahora alcaldía de Miguel Hidalgo: el Mexipuerto Cuatro Caminos.

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Sin embargo, este Centro de Transferencia Modal (Cetram), que sólo abarcó la parte sur del paradero del Metro Cuatro Caminos,  se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los pobladores de las colonias aledañas.

Proyectado como el más moderno en su tipo, con un gran centro comercial y, sobre todo, seguro, no ha cumplido su misión.

La principal razón ha sido la negativa de los concesionarios de transporte público a pagar las cuotas, que oscilan entre los dos y 10 pesos, para hacer uso de los andenes, por lo que invadieron casi de inmediato las calles aledañas.

Tráfico, suciedad, robos, accidentes viales y contaminación ambiental, son algunos de los problemas que vecinos de colonias como Periodista, Loma Hermosa, Irrigación y Lomas de Sotelo enfrentan día con día.

Un bonito sueño

El proyecto estuvo a cargo de la compañía Mexipuerto Cuatro Caminos, una filial de Grupo Carso, la cual invirtió mil millones de pesos para reformar el ala sur del paradero ubicado en territorio mexiquense.

Al momento de ser inaugurado, por el entonces gobernador Eruviel Ávila, se proyectaba que las instalaciones generarían más de mil empleos directos debido a la plaza comercial que acompaña el proyecto.

Con 71 locales comerciales y una afluencia de 400 mil personas diarias aproximadamente, la iniciativa prometía ser una solución no sólo para el caos vial  en las avenidas Ingenieros Militares y Transmisiones, sino que también acabaría con el ambulantaje que se había apoderado de la zona.

De acuerdo con las autoridades mexiquenses, el paradero sur opera con un sistema tecnológico de transporte 100% mexicano, el cual cuenta con relojes que controlan el tiempo de permanencia del transporte, esto para evitar que hagan base y se logre una movilidad eficiente.

Además, el área es vigilada por 200 cámaras que brindan seguridad a los usuarios; todo apuntaba para que fuera un espacio de primer mundo.

Sin embargo, el proyecto se quedó a medias y el caos vial se extendió a zonas que no sufrían del problema.

Asimismo, el ambulantaje sólo se acabo en esa parte del paradero, ya que del otro lado sigue lleno de puestos que venden alimentos, productos electrónicos, piratería, artículos de aseo personal, dulces, entre otros.

Bases y más bases

Luego de que los transportistas vieron incumplida la promesa del actual gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, de solucionar el tema de las cuotas para poder hacer uso de las instalaciones, diversas organizaciones decidieron tomar las calles aledañas y convertirlas en bases de distintos derroteros.

De esta manera, calles como Rodolfo Gaona, Ingenieros Militares, Antonio Velázquez  o hasta la propia lateral de Periférico están invadidas por unidades cuyo destino es  Naucalpan o municipios como Tlalnepantla, Atizapán, Huixquilucan  y Cuatitlán Izcalli.

Esto incrementó el tráfico de la zona, la cual era relativamente tranquila. En un recorrido, El Big Data constató que la zona aledaña al Walmart de Lomas de Sotelo, así como Ingenieros Militares, antes de su cruce con Río San Joaquín, sufren congestión vial.

Vecinos de las citadas colonias han denunciado una y otra vez las afectaciones por la presencia de las unidades, las cuales invaden áreas habitacionales en espera de pasaje o simplemente para hacer uso indebido de los recursos de la comunidad como son tomas de agua o lugares de estacionamiento.

Habitantes de las unidades Lomas de Sotelo y Loma Hermosa ha presentado diversas quejas ante las autoridades de la alcaldía Miguel Hidalgo, pero la administración de Xóchitl Gálvez no les dio una solución.

A través de redes sociales, crearon grupos en los que piden la ayuda de la opinión pública por el daño que están sufriendo en su patrimonio.

“Vienen y se estacionan en la unidad, se ponen a lavar los autobuses con el agua que pertenece a la unidad, dejan su basura y se ve mal”, indicó una vecina de Lomas de Sotelo que prefirió guardar el anonimato.

Un habitante de la colonia Loma Hermosa también indicó que los ayudantes, conocidos como ‘cacharpos’, llevan botes y se roban el agua de la unidad para lavar sus unidades, dejando todos sus desperdicios.

Otro de los grandes problemas es que los choferes hacen sus necesidades  fisiológicas en plena vía pública sin importar si están a la altura de una pared o de un portón.

De igual manera han acusado a los operadores de tomar las calles en sentido contrario, invadir los estacionamientos de las unidades y, sobre todo, de manejar a exceso de velocidad, lo cual ha provocado accidentes viales que, aseguran, cobraron la vida de personas.

“Recuerdo que una vez un micro que dio la vuelta muy rápido mató a una mujer que cruzaba la calle cuando se puso el alto, o cuando una señora fue arrollada al reclamarle a un chofer por meterse en sentido contrario”, indicó  Mario ‘N’.

Igualmente las vialidades se han deteriorado por el paso constante de las unidades de transporte público, lo cual se intensifica por las maniobras a plena luz del día de los tráilers que hay en la zona.

Via: El Bigdata.