El pasado 14 de marzo el presidente municipal de Coacalco, David Sánchez Isidoro comenzó con un programa permanente de bacheo en las vialidades primarias a fin de que la población que habita el municipio y quienes transiten por la localidad lo hagan con mayor seguridad.
Así los vecinos de Coacalco; pero también quienes recorremos sus calles por temas laborales, comerciales o simplemente de paso, hemos visto una mejoría en las condiciones de las avenidas. Comento esto porque este municipio como muchos otros del Estado de México han sido descuidados durante muchos años o simplemente han ido creciendo a diestra y siniestra sin una planeación urbana, lo que conlleva a que no haya avenidas o calles bien trazadas.
Para tener una planificación urbana, es necesario apoyarnos en políticas, estrategias y objetivos para el desarrollo urbano del territorio que ayude a la determinación de la zonifcación, los destinos y las normas de uso y aprovechamiento del suelo, así como las acciones de conservación, mejoramiento y crecimiento en los centros poblacionales.
La planificación y mejora urbana es una herramienta de gran utilidad para combatir la inseguridad, el diseño urbano puede reducir la delincuencia, disminuir la desigualdad y marginalidad con intervenciones a nivel de calle en los asentamientos informales.
Por otra parte, permite identificar causas fundamentales del crimen, establece la presencia local de lo público y ayuda a generar confianza entre grupos e instituciones marginadas, como estrategia clave para la prevención del delito.
Un dato interesante de ONU HABITAT indica que el 50% de la población mundial vive actualmente en ciudades y las estadísticas pronostican que al 2050 los centros urbanos tendrán que acoger a tres mil millones de personas adicionales. Esto quiere decir que el 70% de la población mundial deberá vivir en ciudades.
Sí, mejorar las condiciones de los municipios implica inversión de los recursos públicos, pero no hacerlo resulta mucho más caro, algunos hemos escuchado sobre “La teoría de la ventana rota” de criminología sobre el contagio de las conductas inmorales o incívicas, la cual sostiene que mantener los entornos urbanos en malas condiciones puede provocar un aumento del vandalismo y de la criminalidad. La ventana rota envía un mensaje claro: aquí no hay nadie que cuide de esto.
El cuidado y mantenimiento de las calles, la colonia, los parques e incluso las banquetas es tarea de los gobiernos, pero nosotros como ciudadanos tenemos la responsabilidad de participar en ese cuidado y fomento al mantenimiento de calles limpias y arregladas, pues muchas veces nos ha tocado observar que pintan una barda, arreglan un parque y a la semana ha sido vandalizado.
Aunque la delincuencia es un fenómeno complejo, la planificación urbana y un mantenimiento adecuado puede tener un impacto positivo, al dar espacio para las actividades económicas formales e informales, impulsar la recuperación y el mantenimiento de espacios públicos, hacer que servicios y oportunidades estén disponibles para los residentes.
Es bien sabido que la delincuencia es más aguda en lugares donde no hay suficiente alumbrado público, hay terrenos baldíos o edificios abandonados, así como en donde hay caminos sin pavimentar o bloqueo de acceso a vehículos de emergencia.
La mezcla de espacios residenciales, laborales y comerciales dentro de un vecindario, permite actividades comerciales durante todo el día, como tiendas que abren hasta altas horas de la noche o cafeterías abiertas las 24 horas, atraen actividad peatonal y proporcionan vigilancia pasiva.
Así que deseamos una larga vida al programa permanente de bacheo en el municipio de Coacalco y que este pueda ser replicado en otros municipios. Urge arreglar las ventanas rotas.
Con informacion de Oscar Glenn.
