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Durante el transcurso de la administración del ex-alcalde, se incrementó la corrupción, extorsión, brutalidad policíaca y abuso de autoridad, llegando al límite que la población le tiene más miedo a los uniformados que a los delincuentes. La corporación está considerada como la más corrupta y temida del Estado de México, según estudio del Consejo Ciudadano de Seguridad.

El Maestro en Derecho Javier Robles Menéndez, dirigente de dicha organización, señaló que los abusos de la policía municipal son múltiples, pero los más comunes son el atraco en la vía pública, las tradicionales “razias”, la detención de noctámbulos a las afueras de los antros de vicio, la detención de parejas a la salida de hoteles y moteles y el robo a conductores en estado de ebriedad

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Indicó que la corrupción de los uniformados se aceleró en los últimos dos años, con la llegada de jefes policíacos muy polémicos, quienes protegen abiertamente a la “Mafia de la Charola” que existe en la corporación, además de la venta de uniformes, cuotas como “Las Gata” y la subasta de grados; incluso, hasta una cuota por los elementos de nuevo ingreso. Una corrupción institucionalizada.

Comentó que la mayoría de los elementos policíacos son muy corruptos y con vicios muy arraigados. Esto hace imposible una moralización, ya que la mayoría practica los métodos “gansteriles” de sus jefes, quienes les enseñan la mejor cátedra para robar a la población, contando con la protección oficial de las autoridades. Las denuncias en contra de la policía siempre son archivadas.

Reiteró que a pesar de la promesa del ex-alcalde, por combatir la corrupción policíaca, es inútil, ya que se requiere dar de baja a más de la mitad de los uniformados para hablar de un proyecto viable. Todo lo que se diga al respecto, son “valores entendidos”, demagogia y marketing político de las autoridades municipales. El propio Comisario de Seguridad Ciudadana reprobó el examen de confianza y nunca fue dado de baja.

Explicó que una de las prácticas más usuales de la policías, principalmente los fines de semana, son las tradicionales “razias”, en donde levantan a todo ciudadano que pacíficamente camina a media noche, sin importarles que sean trabajadores, estudiantes o profesionistas que llegan a sus hogares. También, levantan parejitas de novios y jóvenes que vienen de alguna fiesta.

Argumentó que los pretextos son múltiples, como sospechosos, faltas a la moral, aliento alcohólico o simplemente por sus “calzones”. La cuota varía, en la patrulla de 350 a 500 pesos, incluyendo chamarra y reloj. En las instalaciones policíacas de mil a mil 600 pesos, según sea la falta administrativa y sin recibo oficial de pago.

El dirigente Javier Robles, dijo que a las parejas de novios los amenazan con hablar con los padres de la jovencita y decirles que estaban cometiendo faltas a la moral. Después de varios regaños y un acuerdo económico, le dan permiso al novio para que salga a conseguir dinero y pague la extorsión. Una verdadera “banda de delincuentes”.

Afirmó que según declaraciones de algunos uniformados resentidos, más de 300 personas son detenidas diario los fines de semana; dinero que nunca ingresa a la Tesorería como debería de ser. Las tradicionales “Razias” dejan ganancias millonarias. Y el dinero a dónde ingresa, según los enterados a las cuentas bancarias personales de algunos servidores públicos de la localidad.

Destacó que a todo esto, hay que agregar las golpizas a los habitantes que tienen la desgracia de caer en manos de la policía. El robo de pertenencias personales y la extorsión a conductores en estado de ebriedad, es lo más lucrativo, incluyendo la venta de protección a la delincuencia organizada en la venta de droga al menudeo.

Recordó que uno de los métodos que se han puesto de moda entre los patrulleros del municipio, es pararse y hacer guardia desde las 12 de la noche hasta las cinco de la mañana, en las afueras de los antros de vicio para esperar pacientemente a sus víctimas los “borrachitos”, y despojarlos de su dinero que les quedó.

El Maestro en Derecho, indicó que los patrulleros se hacen presentes en las riñas colectivas que se ocasionan en los “tugurios” por los efectos del alcohol, mismo que corre desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana, sin importarles el daño que ocasionan a la población con los escándalos cotidianos de los antros de vicio.

En tono sarcástico, señaló que el primer diálogo de los uniformados es el siguiente: “A ver cabrón que traes en las bolsas…El dinero no lo escondas; saca todo o te partimos la madre…Y no le faltes a la autoridad porqué te encerramos…Estos bueyes no entienden…Nosotros somos la autoridad y se pasan de lanzas….Pinches mugrosos”.

Los policías después de consumar su atraco, “se transforman totalmente. Su cara de simio, en segundos, la ponen de mandril, festejan su fechoría y sin importarles nada, se reparten el botín en un costado del antro de vicio; ya que por eso, son la pura ley”. Diariamente, se efectúan infinidad de atracos, tomando en cuenta que los “tugurios” influyentes están llenos por la variedad que ofrecen.

POR: VICTOR MARTÍNEZ FRAGOSO / NVM Noticias.