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Son más las voces que se unen a la llamada “justicia por propia mano”. En la mayoría de las colonias existe miedo e inseguridad en la población, ya que las autoridades de la administración pasada, solo se dedicaron a proteger abiertamente a la delincuencia.

Según estudio realizado por el Consejo Ciudadano Mexiquense, existen grupos de la sociedad civil que tienen la misión de colaborar para terminar con la delincuencia por propia mano, en caso que lo ameriten las circunstancias, ya que la violencia llama violencia. La estrategia planteada por el gobierno del Estado de México y el ayuntamiento de Coacalco, no ha dado los resultados que se publicitan en los medios electrónicos.

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Se requiere la intervención inmediata del gobierno federal para hacer una limpieza profunda de los cuerpos policiacos, quienes se han caracterizado por proteger las actividades ilícitas de la delincuencia, dejando a la población desprotegida y con altos índices de inseguridad. Las calles del municipio se han convertido en un depósito de cadáveres con enfrentamientos cotidianos.

La ciudadanía está molesta porque no percibe ningún avance en la seguridad.

Durante el transcurso de los últimos tres meses, en la localidad han sucedido más ejecuciones, secuestros exprés y extorsiones cotidianas a los comerciantes.

En Coacalco existen más ejecuciones que en Ciudad Juárez, Monterrey, Nuevo Laredo, Durango y Zacatecas.

El municipio se encuentra entre los 10 más peligrosos del país, según la embajada de los Estados Unidos.

Las microempresas y las tiendas de autoservicio están “hartos” de las extorsiones del gobierno y de la delincuencia organizada.

La localidad se encuentra sumergido en la peor crisis de la historia, en materia de seguridad y narco menudeo, al grado que las autoridades no pueden resolver el problema, ya que carecen de la confianza de la ciudadanía.

El ayuntamiento tiene la obligación de contar con una policía confiable y que garantice resultados, “y no proteger a una gavilla de delincuentes”.

El ritmo de violencia en Coacalco es frenético y se encuentra atrapado en una espiral criminal sin solución a corto plazo.

En las comunidades del municipio proliferan las ejecuciones como ajustes de cuentas.

El terror existe en todo el territorio municipal, en donde los delincuentes se han apoderado de las calles, avenidas y fraccionamientos.

Los “levantones”, el secuestro, son cosas cotidianas en la demarcación. El problema se fortaleció por la corrupción y la falta de profesionalización de los cuerpos policiacos.

POR: VÍCTOR MARTÍNEZ FRAGOSO